Ayer yo estaba en un bar de Granada escuchando una conversación entre dos amigos.
Uno de ellos decía
“No me gusta este compañero de trabajo, pues no puedo trabajar con él. Va a ser una semana imposible.”
Hay gente que dice ‘No soy cínico o negativo, soy realista’ y tal vez es verdad pero de hecho, ¿qué cosas realistas dicen estas personas? Puedo imaginar la conversación entre estos dos amigos que podrían tener en el mismo bar a finales de la semana que viene.
El ‘realista’
“¡Que semana he tenido!. ¡Ha sido imposible! Sabía que no podía trabajar con este compañero. ¿Te lo dije, no?”
O algo así.
El amigo realista está cansado después de una semana difícil y enfadado con su compañero pero por lo menos, él puede culpar de todo a esta persona. No tiene que tomar sobre sí mismo la responsabilidad de su vida. Al final, era verdad que no podía trabajar con el compañero y tal vez, si, tenía razón, pero ¿cuál es el precio de tener razón en este caso?
Si tuviera una actitud diferente, digamos más positiva, ¿qué diría?
El realista antes de que comience la semana
“Es verdad que podría gustarme más este compañero, pero tenemos que trabajar juntos esta semana, pues voy a intentar sacar el mayor provecho de esta situación. Quizás, ¡podría aprender algo!”
¿Es diferente, no? La situación es exactamente igual pero la actitud es completamente diferente y claro está que no hay garantías de que vaya a pasar pero la probabilidad es que cuando transcurra la semana, la conversación podría ser así:
El realista más positivo
“Podría haber sido una semana imposible esta semana pero aunque no seamos amigos, trabajamos bien juntos y de hecho, he aprendido algo de él porque tiene experiencias diferentes.”
Es como estar hablando de otras personas en otra situación, ¿no?
Sin embargo esta vez vez lo único que ha cambiado es su actitud y su lenguaje, ahora ambos son más positivos. Más realistas y positivos.

No tenemos que reformular todo lo que decimos en positivo. Me gustaría tener 1.85 m de altura pero eso no va a ocurrir. Tengo que ser realista. Esto no puedo cambiar. Pero la cuestión de cada día es ¿cuánto soy de realista? Yo prefiero ser un realista más positivo.
Sé que puede ser difícil pero si se usan palabras positivas en lugar de negativas, la situación puede cambiar en algo más positivo. Por ejemplo:
Negativo
– No voy a poder nunca hablar otro idioma con fluidez. No soy capaz de aprender idiomas.
Mientras, la misma situación con un actitud más positiva:
– Tal vez algún día podré hablar mejor este idioma. Será un reto y voy a intentar hablar más en intercambios para mejorar mi idioma . Voy a valorar el progreso que hago.
Es importante coger control de tu situación y no ser una víctima de uno mismo que no puede ayudarse. Tu vida es tu responsabilidad. Es demasiado importante para culpar o dar esta responsabilidad a otro.
Pues, ¿qué es más importante?
¿tener razón porque has predicho ¿? una semana terrible?,
¿ dar la responsabilidad de tu vida y tu felicidad a otra persona que no te gusta?
O decirse al final de la semana que has tenido una semana difícil pero has aprendido algo.
Finalmente, ¿quejarse porque no puedes hacer nada?
¿O cambiar tu actitud en positivo e intentar hacer una cosa que quieres hacer?
¿Qué opción es más positiva?
¿Qué opción preferirías?
Sé cuál elegiría yo.
¿Y tú?